5 Mitos y Realidades de los Tatuajes

Los tatuajes han sido parte integral de la expresión humana durante siglos, adornados por diversas culturas e individuos en todo el mundo. Sin embargo, junto con la belleza y el significado que poseen, los tatuajes también han estado envueltos en mitos y conceptos erróneos. Profundicemos en algunos de estos mitos y desvelamos las verdades que hay detrás.

  1. El mito sobre la ingesta de alcohol antes y después de hacerse un tatuaje es verdadero. El alcohol diluye la sangre, lo que puede provocar un sangrado excesivo durante el proceso de tatuaje. Esto no solo dificulta el trabajo del artista, sino que también puede ser perjudicial para la salud. Lo recomendable es abstenerse de beber alcohol hasta que el tatuaje haya comenzado a cicatrizar. Estas son algunas de las preguntas más frecuentes sobre tatuajes y mitos asociados. Además, no hay nada de malo en consultar a tu tatuador si tienes alguna duda o inquietud.
  1. El mito de que la tinta blanca o los colores claros causan más dolor es común pero inexacto. El nivel de dolor en un tatuaje no está relacionado con el color de la tinta utilizada. Esta idea errónea surge de la técnica de tatuaje misma. Por lo general, los colores claros se aplican en las etapas finales del tatuaje para resaltar ciertas áreas o agregar detalles, lo que significa que el tatuador trabaja nuevamente sobre áreas previamente tatuadas. Estas áreas suelen estar más sensibles después de las sesiones anteriores, lo que puede llevar a la percepción equivocada de que las tintas claras son más dolorosas que las oscuras.
  1. También existe la creencia generalizada de que las personas con tatuajes no son elegibles para donar sangre debido a preocupaciones sobre contaminación o infección. En España, donde las regulaciones en torno a la donación de sangre son estrictas, las personas deben esperar seis meses después de hacerse un tatuaje antes de donar sangre. Este período de espera permite una adecuada cicatrización del área tatuada y minimiza el riesgo de posibles complicaciones. Sin embargo, una vez que este período ha transcurrido, las personas tatuadas suelen ser elegibles para donar sangre, desmitificando la idea de la inadecuación permanente para la donación de sangre por parte de personas tatuadas.
  1. Existen conceptos erróneos en torno a la permanencia y longevidad de los tatuajes. Si bien es cierto que los tatuajes están destinados a ser marcas permanentes en la piel, no son inmunes a la decoloración o degradación con el tiempo. Factores como la exposición al sol, el envejecimiento y la calidad de la tinta utilizada pueden afectar la longevidad de un tatuaje. Sin embargo, con el cuidado y mantenimiento adecuados, los tatuajes pueden conservar su vitalidad y claridad durante muchos años.

  2. Finalmente, otro mito común es la idea de que es aconsejable no tatuarse durante el embarazo. Aunque muchos médicos desaconsejan tatuarse durante el embarazo debido a posibles riesgos de infección, alergias a la tinta y cambios en la forma del cuerpo que podrían afectar el diseño del tatuaje, la verdad es que cada caso es único. Aunque hay recomendaciones generales de precaución, como esperar hasta después del parto para tatuarse, no existe una prohibición absoluta y cada persona debe consultar a su médico para tomar la mejor decisión para su situación específica.

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